La Trampa del Ego

“El tamaño de tu drama, es proporcional al tamaño de tu ego”. – Louise L. Hay

Ante cualquier situación que vivimos, debemos observar desde donde reaccionamos, cual es el estímulo que nos produce y donde nos sentimos “dañados”. Debemos dejar de dar el poder a los otros, y que estos dirijan nuestro estado de ánimo o nuestras vidas, y gobiernen así nuestras emociones. 

 

Cuando algo acontece tampoco debemos dejarnos llevar por nuestro ego, con su drama, su juicio, su culpa y su arrogancia, Al contrario deberemos ser conscientes de que esconde esa situación, donde nos resuena, y observar qué aprendizaje podemos obtener y qué oportunidad esconde esa situación, para aprender de ella. Recordemos que normalmente  le hemos otorgado a nuestro ego el control de nuestras emociones, conduce nuestras reacciones y viajamos en piloto automático, asumiendo que el ego es quien se ocupa de todo. Y no es así, debemos responsabilizarnos y no gastar energía en reaccionar a lo que nos “hacen”, sino más bien ver porque ha sucedido y cuál es el mensaje que incluye. Dejemos en nuestras manos la respuesta, después de contrastar toda  la información también desde nuestra consciencia. Escuchemos las dos versiones, la del ego y la de nuestro espíritu, y a partir de ahí respondamos.

 

Asumamos que no todos en la vida nos van a tratar como nosotros queremos, ni tampoco podemos hacer que los otros actúen y sean como nosotros deseamos que sean. Cada uno tiene su rol, y actúa en base a esas mochilas que cargamos, con esos patrones y la experiencia personal que cuenta en ese momento. 

 

Entonces no decir nada ofensivo y no reaccionar con ira ante un comportamiento del otro es quitarle su poder y poner límites. No responder no es ser débil, ni tampoco significa estar de acuerdo con esa situación, todo lo contrario, no responder y no dejarse llevar por la situación, es priorizarse, y no dejarnos llevar sobre todo por nuestro ego. No necesitamos que el otro apruebe lo que hacemos, ni necesitamos al otro para nosotros hacer nada. Tampoco necesitamos “ganar” siempre. De hecho cuando aprendemos a no darle a nadie el poder sobre nuestro estado de ánimo, ya ganamos. No debemos por tanto dejarnos llevar impulsivamente. Si nuestra respuesta silenciosa nos da paz, ya es suficiente.

 

Trabajemos pues en nuestra paz interior, no reaccionemos y nos agotemos por todo, quitarle poder a nuestro ego y al ego de los otros, reduce el drama, rijámonos por nuestros sentimientos y obremos en consecuencia. Solo debemos estar bien con nosotros mismos. Elijamos nuestra paz mental, es cuanto necesitamos. No más dramas. No entremos en el juego de nuestro ego. No todo está bajo nuestro control, las cosas no siempre sucederán como deseamos, pretender ser mejores que el otro tampoco debe ser nuestra prioridad.

 

Recordemos que esta frase es bidireccional. Ya comentamos con anterioridad que las opiniones no hablan de nosotros, hablan de ellos y de su drama. Huyamos del  victimismo y del conflicto,  no conducen a nada constructivo, al contrario empoderan nuestro ego.

 

Nuestra actitud es el pincel con el que la mente colorea nuestro día… Y somos nosotros quienes elegimos los colores que ponemos en nuestra vida. Dejemos el drama, debemos aparcar nuestro ego, y ver cómo podemos solucionar esa situación que llega, convirtiendo en una oportunidad esa incomodidad., observando en qué podemos mejorar como personas. Usemos las resiliencia para obtener de esa vivencia una motivación y prosperar, desde una actitud positiva.

@latrampadelego

Deja atrás el drama… ______ “El tamaño de tu drama, es proporcional al tamaño de tu ego”. – Louise L. Hay Te abrazo! 😜 #saludemocional #paratii #autoayuda #desarrollopersonal #miego #louisehay #fyp

♬ sonido original – ʟᴀ ᴛʀᴀᴍᴘᴀ ᴅᴇʟ ᴇɢᴏ


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